Los Jardines.

Llegué andando aquí, seguida de Fabo, sin dudarlo me quité las botas, dejándolas al lado del pequeño duende.
Alzé el vuelo y me mantuve un poco en el aire, moviendo mis alas rápidamenete para despertarme, fuí de un lado a otro, moviendo mis alas de libélula, hasta que ya no pudieron más caí al suelo con un ruido sordo.

-Buf, bueno, no puedo volartan bine como un hada pero por lo menos puedo volar.

Me levanté y me coloqué el corto vestido verde. Me tumbé ne la hierba y cerré los ojos.

Abrí los ojos y miré a Sophia.

-Esque, ese chico... me recordó a una persona. No puedo evitarlo, es algo inconsciente. Fue como... fue como un shock. No soy capaz de tenerlo cerca, no puedo.

-Lo se, lo se. Ya me disculparé la próxima vez que lo vea. Pero es que era tan parecido...
Pensé que lo había superado.

Me incorporé y mire a Sophia.

Me levanté y recogí las botas, me las puse.

-Vale.

Seguí a Sophia.