Despacho de la directora

Alguien llama a la puerta. Abre la puerta sin hacer ruido y entra en la habitacion agilmente. Se queda parado un rato. -Hola, soy Alflobo.. , soy un yan mago, el don me lo dio Victoria o Lunnaris. Me gustaria saber que puedo hacer aqui.

Me acerco lentamente a una puerta, llamo quedamente. Al ver que nadie me responde abro la puerta y entro.

-Usted debe de ser la directoraa ¿me equivoco?

Levanté una ceja y metí las manos en los bolsillos de mi abrigo.

Si, aquella era la directora, no había duda, bajo esa apariencia dulce de muñequita había una auténtica maga malvada.

-Dominic, tu nuevo aprendiz, mago humano. Vengo de Nangal, unapequeña comunidad de Shizs

Le estreché la mano.

-Todo sea por la dominación.

Sonreí levemente y después miré por la ventana.

-Y bien, ¿que haremos exactamente?

-Me parecce bien.

Me puse a pensar, ¿cual era realmente mi objetivo? ¿Simplemente acabar con todos los seres vivos posibles? Tal vez, tendría que aclarar este punto.

Me senté en la silla que estaba frente a su escritorio.

-Si, no estaría mal. Dime, ¿Cual es el alcanze de nuestro poder? Me refiero a Drakwen... ¿Solo somos nosotros tres?

Dije refiriendome a nosotros dos y al otro alumno.

-Bueno, así no habrá problemas de dormitorio.

Reí un poco y tomé un sorbo del café

Las palabras que Michelle formuló segurament fueron de las más difíciles que podía haber escogido.

-¿Por que estoi aquí? Supongo que para aumentar mi poder. ¿Mi pasado? Me criaron una pareja de szish, fuimos a una guerra y los mataron, masacré al resto del ejército, debía tener unos 13 años o por ahí. Después me didiqué a exterminar pueblos durante unos 4 o 5 años hasta unas palabras que me dijo un chico, entonces pasé a actos más privados, pero más importantes, asesinar reyes y nobles, cosas así. Una vez me descubrieron y acabé herido en el bosque, me recogió un anciano druida con el que pasé unos meses aprendiendo ciertas cosas y después de marcharme decidí venir aquí, no hay mucho que contar la verdad.-Suspiré, aburrido, mi propia historia no era muy interesante.-¿Mi objetivo? Realmenteno lo se, tal vez dominar Idhún -Reí entre dientes.-La verdad, cualquier cosa que equivalga Oscuridad y destrucción me contenta.

Bebí un largo trago del café y añadí.

-Ahora respondeme tu a esas mismas preguntas.

Después de pensar un poco, comenté:

-Yo habría echo lo mismo que tu, odio especialmente a ese tipo de personas, vaya, ¡Acabas de conseguir que odie a tu hermana!

Otra vez reí entre dientes, no me caía mal mi Michelle.

De un último sorbo me acabé el café y dejé la vacía taza sobre la mesa, con cuidado.

-Bien, pues, ¿Que puedes enseñarme?

Apoyé los codos en el escritorio, entrecruzé los dedos de las manos y apoyé mi cara en ellos, mirando a Michelle.

Suspiré, algo fastidiado.

-Que aburrimiento, bueno, siempre puedo salir a divertirme por Idhún mientras no vienen más alumnos.

Con cuidado, me levanté de la silla y justo antes de salir de la puerta, me paré un momento, y con una voz increíblemente modulada, dije:

-Claro... Michelle.

Cerré la puerta trás de mi y me escurrí por los sinuosos pasillos, buscando un lugar tranquilo.